EL VADO
Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.
Cuida de dejar hundida la vara
con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina en el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.
Deja el cayado clavado en el limo.
José Watanabe
Se fores pela beira onde se passa o rio a vau,
hás-de ver,
plantadas no lodo,
varas longas de eucalipto. São para os caminhantes
que vão para a outra margem.
Uma será teu cajado,
com ela tentearás, sem risco, um caminho
entre as águas turvas
e as pedras cobertas de musgo.
Trata de deixar a vara espetada
com gratidão,
na outra margem, outro virá,
talvez meu pai,
que busca na terra amarela melancias silvestres,
talvez eu,
que regresso, velho e atrasado,
olhando ansioso além do rio a minha terra
a esfumar-se na tremulina do sol.
Ali semearam meu umbigo,
segundo a tradição, entre dois adobes,
para que eu tivesse pátria.
Deixa o cajado espetado no fundo.
(Trad. A.M.)
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