" Era ella
y nadie lo sabía.
Pero cuando pasaba,
los árboles se arrodillaban.
Anidaba en sus ojos
el " Ave María ".
y en su cabellera
se trenzaban las letanías.
Era ella.
Era ella.
Me desmayé en sus manos,
como una hoja muerta,
en sus manos ojivales
que daban de comer a las estrellas.
Por el aire volaban
romanzas sin sonido.
y en su almohada de pasos
me quedé dormido "
Gerardo Diego ( 1896-1987 )
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