su adormecido seno en ti yacente,
que luego iré a besar esa serpiente
de tu lengua que el viento desvaría.
Hiere mansa esa flor de la bahía
que asume su mejilla húmedamente,
y ciega esa callada boca ardiente
que no quiere besar la boca mía.
Roza luego su vientre, y la dorada
piel besa su cálida cintura,
y allí en su centro queda enamorada.
Que ya te templará la calentura
otra flor de mi huerto bien rociada,
si tu lengua se quema en la espesura"
José Luis Cano (1912-1999)
Sem comentários:
Enviar um comentário