" Ábreme la puerta, blanca,
y coralinos, tus labios de templada seda,
yo quiero dedicarme a tu luz persistente
¡ y arda luego en cenizas desatado si es preciso !
Señoreáme, oh Lisi, tu excesiva belleza,
tu blancura opulenta, tu próvida garganta
donde abrevo perlático como milano errante
perdido en las altas jerarquías de tus ojos "
Ignacio Arellano.
Sem comentários:
Enviar um comentário