terça-feira, 24 de maio de 2016


     " Con estos mismos labios que ha de comer la tierra,
        te beso limpiamente los mínimos cabellos
        que hacen anillos de ébano, minúsculos y bellos,
        en tu cuello, lo mismo que el pinar en la sierra.

        Te muerdo con los dientes, te hiero en esta guerra
        de amor en que enloquezco. Sangras. Y pongo sellos
        a las heridas tibias, con besos, besos… Ellos
        que han de quedar comidos, mordidos por la tierra.

        Tal ímpetu me come las entrañas, que sorbo
        tu carne palmo a palmo, cerco de llama el sexo,
        te devoro a caricias, y a besos, y a mordiscos.

        Ni la muerte, ni el ansia, ni el tiempo son estorbo.
        El abrazo es lo mismo si cóncavo o convexo,
        y yo soy un cordero que trisca en tus apriscos "

                Antonio Carvajal.

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