No puedes besarme tras el agua de Nigeria la perdida. Qué limpias están las tierras que no piso en el laberinto de las distancias que acunan el papel de un mapa y patean lo que creo que está cerca. Un avión tacha el cielo o el azul que África recuerda. En tu presente vertido al tiempo escucho los gritos de los hombres que pierden los dientes en la furia de recordarte.
Sem comentários:
Enviar um comentário