" Ya no sé qué decirte ni qué hablarte.
Si me callo, la flor del sufrimiento
se deshoja en mi alma, y si te miento
y te pido perdón, por aliviarte
la herida de la pena con el arte
de la ilusión, te doy nuevo tormento
con mis palabras, y el dolor aumento,
y no puedo salvarme ni salvarte.
Dime cómo alumbrar la noche aciaga
en que vives, la sombra que te atrapa
y te abruma de celos y ansiedad.
Dímelo. Tu existencia es una llaga
que no puedo curar, y se me escapa
tanto delirio, tanta soledad "
Luis Alberto de Cuenca.
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